sábado, 28 de abril de 2012

Los Secretos de Lemuria - Débora Goldstern

Los Secretos de Lemuria

Débora Goldstern



El gran Antonio Portugal Alvizuri, y Crónica Subterránea.
Andes 2010, Ruinas de Tiahuanaco, Bolivia


Nuevamente quién escribe después de un período de reflexión retoma Crónica Subterránea, en esta segunda parte del año.

Aún quedan muchos misterios por tratar, y como es nuestra costumbre, elegimos para comenzar esta etapa, una historia de nuestro amigo y colega Antonio Portugal Alvizuri, quién en su libro “Ciudades Secretas en los Andes”, recoge datos personales sobre un enigma que circunda el continente sudamericano, vinculado al enigmático continente de Lemuria.

Con base en Bolivia, el relato sugiere que secretos aún por revelar tienen su asiento en una de las montañas sagradas de ese país, el Mururata.

Como siempre decimos se podrá coincidir o no, pero vale la pena repasar la historia, aunque se dude de su veracidad.

El lector tiene la última palabra.




Los secretos del Lemuria escondidos en la montaña del Mururata

La Lemuria había logrado salvar sus conocimientos y le quedaba salvar a muchos de sus habitantes. De esa manera dedicaron sus esfuerzos desesperados para trasladar los ciudadanos de tan grandioso continente, junto a los guardianes astrales, a los sitios mencionados, para que sean los custodios de todas las riquezas, conocimientos y tecnología que estaban legando al futuro.

Es por esta razón los guardianes astrales aún permanecen custodiando vigilando desde entonces tan espléndidos y secretos. El momento en que la humanidad los descubra podrá ver con admiración que allí también se encuentran los cuerpos inertes los Grandes Maestros. Estos magníficos seres eran gigantes relación a nuestras proporciones. Muchos de ellos tenían solo ojo (cíclopes), y llegan a medir más de tres metros de altura. Sus restos permanecen en la actualidad muy bien conservados, no sólo en el Mururata, sino en Tiwanaku y en las selvas del departamento del Beni, en Bolivia. Dijeron que lo hicieron en las grandes naves espaciales y que utilizaban la levitación, que dominaban.

Organismos poderosos buscan estos secretos.

En la Tierra existen grupos e instituciones de países desarrollados que saben del poder que se resguarda en esta montaña, saben también que están guardadas la tecnología y la maquinaria traídas desde la Lemuria, las cuales pueden salvar o destruir el planeta. Por esta razón han estado buscando infructuosamente y con gran esfuerzo las oportunidades para hallar el lugar exacto de la entrada física a su interior. También han tratado de ingresar al sagrado Mururata utilizando otras dimensiones. Para este cometido se han valido de satélites artificiales especializados en prospecciones y búsquedas, también han enviado misiones secretas conformadas por andinistas que llegaban a la ciudad de La Paz disfrazados de simples deportistas. Así se habían organizado grupos especiales constituidos por bolivianos y extranjeros, enviados para que encuentren el ingreso.

Ellos se desviaban en el camino precolombino del Takesi para acceder al Mururata, pasando por el costado de la montaña y por los alrededores de mina Chojlla, en la región yungueña. También instalaron poderosos telescopios con el propósito de hallar la entrada, teniendo en cuenta que ellos saben que es muy poco accesible para los seres humanos, por los precipicios que existen en ese flanco de la montaña. Muchos de ellos saben que se trata de otra dimensión, y sin embargo han seguido intentando hallarla sin conseguirla.

Por ello debemos agradecer a los seres superiores que son los "guardianes protectores", que permanentemente vigilan el Mururata. Ellos son protectores del alto nivel astral. Ni humanos ni entidades pueden violar esta entrada. La humanidad podrá acceder a tan 2020, fecha especial que mis guías me indican. Posiblemente entonces yo tenga el privilegio de estar dentro de tan esplendorosas cavernas, conociendo sus secretos celosamente guardados.

Leyenda del Mururata.

En la cordillera de los Andes existía una gran montaña llamada KHUNO, que era la más alta del mundo, pues su cima atravesaba el mismo cielo, y por tan grande era temida y humillaba a todo lo que estuviese en su contra. Pretendía ser mejor que lo que la naturaleza y Dios habían otorgado. Esta montaña era muy hermosa, tenía la forma de un perfecto cono, que podía distinguir desde las tres Américas. Incluso era mucho más alta que la montañas del HUMA HALAYA (o Himalaya, que en el idioma aymara significa donde caen las aguas), y aún más altas que el Aconcagua, el Illampu y el mismo Illimani.

Manko se indignó por la arrogancia y soberbia de KHUNO y lo reprendió diciéndole ¡SARJAMA! que en el idioma aymara significa [apártate! A pesar de que era un Dios de amor y bondad, Manku tenía que restaurar la gloria y grandeza de su linaje, en un momento de furia agarró su honda, puso en ella una piedra, y la lanzó con tal rabia que fue agrandándose, pues en esa piedra salían de su cuerpo la rabia el desencanto por tanta maldad. Cuando dio en el blanco, la montaña se partió en dos con el impacto, la parte superior de la cumbre de KHUNO, aún llena de nieve, salió volando por miles de kilómetros, hasta caer en la cordillera occidental.

Desde aquella época, la base de la montaña se quedó al lado de su hermano Illimani. Se la designa con el nombre de la montaña del MURURATA, que el idioma aymara quiera decir descabezado por la piedra que le lanzó el Dios Manku. La parte superior fue hasta la Cordillera Occidental, y recibe el nombre de SAJAMA, que en el idioma aymara significa"vete" (Sarjama).

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